La evolución de la moda deportiva desde comienzos del siglo XX.
Por todos es sabido que en el mundo de la moda se producen cambios a un ritmo frenético, aunque siguiendo un movimiento cíclico: cada vez que una corriente vuelve, lo hace acompañada de pinceladas de actualidad que la reinterpretan haciéndola completamente novedosa. Desde principios del siglo XX hasta hoy hemos visto los cambios más notables en la moda deportiva, que dejó atrás la función práctica de cubrir a los atletas para ser una indumentaria que contribuye con su rendimiento. Si echamos un vistazo a los Juegos Olímpicos veremos cómo ha evolucionado la ropa de los atletas, en especial, la ropa deportiva femenina. De 1920 a 1950, la moda fitness estaba dominada por los hombres, mientras que en las mujeres se incentivaba más la feminidad que la práctica deportiva, en especial si esta significaba ganar masa muscular. Entre 1920 y 1930 la ropa solía ser sencilla con cubrir el cuerpo de los atletas profesionales: los trajes de baño de los nadadores no tenían diseños muy prácticos, en especial los de las mujeres. Las atletas femeninas estaban más limitadas por las reglas de la sociedad, por ejemplo, las mujeres jugaban al tenis con vestidos, medias altas y sombreros; mientras que los hombres llegaban a jugar hasta con blazer. La primera falda corta en el deporte blanco se vio en 1922 y el primer pantalón corto en las mujeres, una década después. Entre 1940 y 1950 la ropa empezó a ser más cómoda y a permitir mayor movimiento del cuerpo; al mismo tiempo, comienzan a usarse las fibras sintéticas como el nylon y surgen prendas para cada actividad deportiva en particular. Quienes más se benefician de estos cambios son los hombres, en especial los militares. De 1950 a 1960, los cambios se vieron en las fibras, surgen nuevos estilos e intereses y hay una tendencia a especializar más la ropa. Aparece, por ejemplo, una indumentaria resistente al viento. Todavía la ropa deportiva se limitaba de cierta manera a los atletas profesionales. Sin embargo, nacen los programas de ejercicio en la televisión, algo que sin duda aprovecharía el púbico femenino, pues daba mayor libertad para ejercitarse en la casa. No mucho después, hace su aparición la ropa deportiva casual: los pantalones ya son más cortos, tanto en hombres como en mujeres; y las damas, por ejemplo, pasaron de usar los pantalones a las rodillas a los cortos. La parte superior seguía siendo más cubierta, con los hombros protegidos; pero, en general, también se recortó el tamaño de las mangas. Entre los textiles, el algodón y la lana son los más populares, sobre todo durante la década de los 60. De 1970 a 1980 el fitness toma mayor relevancia y surge como una oportunidad de mostrar estilo y el status de la persona. Las mujeres ya eligen ropa deportiva más ceñida y muestran más interés por mantenerse en forma, sin dejar a un lado su feminidad: las mallas largas, por lo general en colores vivos, leotardos y calentadores son lo más usado. Para las mujeres es un gran paso: a nivel profesional, por ejemplo, se nota la diferencia al ver a las gimnastas con trajes ya ceñidos y mostrando las piernas; mientras que, a principios de siglo, era algo impensable cuando tenían que usar vestidos holgados. Llega la revolución de la década entre 1980 y 1990. En general, se presta más atención a la tecnología de la ropa deportiva. El diseño y los textiles que se usan brindan mayor comodidad a los deportistas. El 24 de abril de 1982, Jane Fonda hace su aparición estelar con Jane Fonda Workout, el vídeo de mayor recaudación de la historia con 17 millones de unidades vendidas. En el fitness ganan relevancia los ejercicios que se practican en grupo sobre las máquinas de gimnasios. Se combinan chándales con crop tanks. Las mallas y leotardos siguen siendo populares durante estos años. Principios del 2000. El nuevo milenio despertó aún más el interés por el ejercicio, con algunas disciplinas nuevas, otras antiguas o combinaciones de diversas actividades: destaca la aparición de los pantalones de yoga, que no se transparentan mientras se practican estos ejercicios. Desde 2010 hasta hoy, los atletas, profesionales o no, son muy conscientes de la importancia de la ropa deportiva técnica: además de buscar comodidad, quieren tener a su alcance indumentaria que les ayude a mejorar el rendimiento o, al menos, que no les impida avanzar. Los consumidores actuales de ropa deportiva buscan transpirabilidad, resistencia a la humedad o soporte, entre otras características; y no se trata solo de las camisetas o pantalones, sino que la ropa interior también ha cobrado mayor importancia en este sentido. Al mismo tiempo que los atletas buscan mejorar su rendimiento, la ropa deportiva también se ha convertido en moda. Un ejemplo claro de ello son las camisetas deportivas para mujer: muchas de estas se pueden utilizar como una prenda casual y son ideales para las mujeres activas que hacen sus diligencias diarias antes de ir al gimnasio, por ejemplo, sin necesidad de cambiarse “por y para estar guapa”. Desde principios del 2000 la ropa por disciplina cobró mayor importancia. Las tiendas especializadas dividen su inventario por deportes. El yoga, el running, los deportes al aire libre, el entrenamiento de resistencia como el Crossfit o el entrenamiento en casa son las formas de deporte más practicadas y cada vez se considera más importante tener la indumentaria adecuada para cada una de ellas. Características como ropa ligera, que permita libertad de movimientos y flexibilidad, son muy valoradas. La tecnología ha permitido desarrollar, incluso, fibras que combaten el mal olor y que evaporan el sudor para mayor comodidad del atleta o consumidor común.